Levántate hoy por el poder de la esperanza, porque en medio de la oscuridad y las dificultades, Dios te ofrece una nueva oportunidad para encontrar luz, paz y renovación espiritual.
Este artículo nace de una experiencia profunda y transformadora que viví hoy, al escuchar la predicación del ministerio Roka Stereo de Colombia por parte del hermano Jair Montenegro. Mientras sus palabras resonaban en mi corazón, sentí que el mensaje de la esperanza era más necesario que nunca. A través de sus enseñanzas, comprendí que, en medio de los desiertos más oscuros, Dios nos invita a atravesar la puerta de la esperanza. A ti que lees estas líneas y que quizá sientes que todas las puertas se han cerrado, quiero decirte que Dios tiene una puerta especial para ti: la puerta de la esperanza. Acompáñame en este recorrido lleno de promesas bíblicas que pueden transformar tu vida y renovar tu fe.
La puerta de la esperanza se abre en medio de la adversidad
Dios te ha invitado hoy a abrir la puerta de la esperanza en el nombre de Jesús, aun cuando las circunstancias parecen decir lo contrario. Aunque muchas puertas se hayan cerrado frente a ti, hay una que Dios ha preparado para tu vida, y es una puerta que nadie podrá cerrar. «He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar» (Apocalipsis 3:8).
No te acostumbres a las puertas cerradas
Las puertas que Dios abre, nadie las puede cerrar. Si hoy te sientes desanimado porque las oportunidades parecen haberse esfumado, recuerda que Dios es fiel y abre la puerta correcta en su tiempo perfecto. «Porque Jehová tu Dios es el que va contigo, no te dejará, ni te desamparará» (Deuteronomio 31:6).
La esperanza es el motor de la vida
Nosotros necesitamos la esperanza para vivir, pues ella nos impulsa a seguir adelante incluso en los momentos más difíciles. «Porque yo sé los planes que tengo para ustedes, planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza» (Jeremías 29:11).
Dios te devolverá el doble de lo perdido
Cuando una persona es prisionera de la esperanza, Dios, en su justicia, le devolverá el doble de lo que ha perdido. Si has pasado por pérdidas, por momentos de dolor, ten la seguridad de que Dios recompensará tu fe. «Porque habrá simiente de paz, la vid dará su fruto, y la tierra dará su producto, y los cielos darán su rocío» (Zacarías 8:12).
La esperanza no avergüenza
La esperanza en Dios jamás decepciona. Aun cuando el camino parece difícil, quienes confían en Él no serán defraudados. «Y la esperanza no avergüenza, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo» (Romanos 5:5).
Mirar hacia adelante es vivir con esperanza
La esperanza siempre nos lleva a mirar hacia el futuro, mientras que la añoranza nos hace vivir en el pasado. Dios nos llama a dejar atrás la nostalgia y a enfocarnos en las promesas que Él tiene para nosotros. «No digas: ¿Por qué los tiempos pasados fueron mejores que estos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría» (Eclesiastés 7:10).
Con Dios, el problema se convierte en oportunidad
El valle de la desgracia que hoy atraviesas se convertirá en puerta de esperanza si confías en Dios. Él transforma nuestros problemas en oportunidades para mostrar su poder y su amor. «Por tanto, yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. Y allí le daré sus viñas, y el valle de Acor por puerta de esperanza» (Oseas 2:14-15).
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Querido y apreciado lector, quiero dejarte como en mis artículos anteriores una reflexión final: Hoy, que se abre la puerta de la esperanza para ti, no te desanimes. Dios conoce cada una de tus aflicciones, tus enfermedades, tus problemas familiares, económicos y laborales. Y es precisamente en esos momentos de dificultad donde Él desea manifestar su amor y su poder. Cada puerta que el enemigo ha cerrado, Dios la reemplaza con una mejor, llena de bendición, sanidad, y paz. A partir de hoy, tu dolor tendrá un nuevo nombre: se llamará Puerta de Esperanza en el nombre de Jesús. Que la esperanza renazca en tu corazón, y que puedas ver cómo las puertas se abren de par en par para ti y tu familia.
Por: Salvador G. Nuñez
Así será que desde hoy, todo dolor se llamará puerta de Esperanza y que cada una de ellas, podremos dar testimonio q es solo gracias al Dios vivo, al que nos da la victoria y q va delante de nosotros, abriendo todas las puertas de Esperanza que el enemigo quizo cerrar, pero no podrá, porque el único q abre las puertas es El, y serán todas abiertas en el nombre de Jesús.. amén
Amén así es mi hija querida. Dios te Bendiga y te de la sabiduría siempre mi reina.
Amén mi vida, Dios te abra todas las puertas, como digo yo, Si tú no vas conmigo no quiero ir a ningún lugar. Dios te Bendiga mi reina.
Amén, Dios le Bendiga.
Amén y Amén