Aprendiendo a mirar hacia arriba y confiar en el Dios que nunca llega tarde.
En nuestra vida espiritual, todos enfrentamos momentos donde parece que estamos en una sala de espera, aguardando por la intervención divina. Este escrito, inspirado por la predicación del día domingo 18 de Agosto por parte de el hermano Jair Montenegro del Ministerio Roka Stereo con sede en Colombia titulado ¨Sala de Espera´. Nos invita a reflexionar sobre la importancia de esperar en Dios con fe y paciencia. Al igual que Noé, que en medio de la tormenta solo podía mirar hacia arriba por la única ventana que tenia el Arca, nosotros también debemos enfocar nuestra mirada en el Señor, confiando en que Su tiempo es perfecto. A través de las Escrituras, veremos cómo la confianza en Dios durante los momentos de espera es fundamental para nuestro crecimiento espiritual y para experimentar Su fidelidad.
Mirando hacia arriba en medio de la tormenta
Noé, durante el diluvio, solo tenía una ventana en su arca, una ventana que lo obligaba a mirar hacia arriba. Esto es un símbolo poderoso de cómo, en nuestros momentos de dificultad, debemos alzar nuestra vista hacia Dios, nuestra única fuente de esperanza y salvación. Salmos 121:1-2 nos recuerda: «Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.»
La impaciencia de Saúl y sus consecuencias
El rey Saúl es un ejemplo trágico de lo que sucede cuando no esperamos en Dios. En 1 Samuel 13:8-14, Saúl, impaciente por la llegada de Samuel, decidió ofrecer sacrificios él mismo, desobedeciendo a Dios. Esta falta de confianza le costó su reino. Debemos aprender de su error y confiar en que Dios siempre llega en el momento adecuado.
Dios no te dejará avergonzado
Dios no permite que aquellos que confían en Él queden avergonzados. Aunque parezca que estamos esperando por mucho tiempo, Isaías 49:23 nos asegura: «Y sabrás que yo soy Jehová, que no serán avergonzados los que esperan en mí.» Esta promesa nos da la fortaleza para seguir esperando, sabiendo que Dios está obrando en nuestras vidas.
Saulo de Tarso: Una transformación en la sala de espera
Saulo, quien luego se convertiría en Pablo, experimentó una transformación profunda durante sus tres días de ceguera, una sala de espera espiritual que lo preparó para su misión. En Hechos 9:8-9, leemos cómo, en su oscuridad, Dios trabajó en su corazón, revelándole Su propósito y cambiando su vida para siempre. A veces, nuestras salas de espera son momentos de preparación para algo más grande.
La oscuridad después de la crucifixión
Cuando Cristo murió, hubo un momento de oscuridad y silencio. Los discípulos estaban llenos de temor, pero las palabras de Jesús les dieron esperanza. 1 Corintios 15:55 dice: «¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?» Aunque parezca que Dios está en silencio, Su resurrección nos recuerda que siempre hay un plan más grande en acción.
Dios está trabajando en tu vida
En medio de la espera, es fácil sentir que Dios se ha olvidado de nosotros. Pero la verdad es que Dios está trabajando en nuestro favor, incluso cuando no lo vemos. Proverbios 22:29 nos alienta a ser diligentes, confiando en que Dios está orquestando todo para nuestro bien. Mientras esperamos, Dios está moldeando nuestro carácter y preparándonos para Su bendición.
La esperanza no avergüenza
Finalmente, la esperanza que tenemos en Dios nunca nos decepcionará. Romanos 5:5 declara: «Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.» En la sala de espera de Dios, nuestra fe se fortalece, y aprendemos a confiar en Su tiempo perfecto, sabiendo que Él siempre cumple Sus promesas.
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No me gusta terminar mis artículos sin dejarle una reflexión final: La sala de espera de Dios no es un lugar de abandono, sino un espacio de transformación y crecimiento. Aunque los tiempos de espera pueden ser difíciles, recuerda que Dios nunca llega tarde. Confía en Su plan, alza tu mirada hacia Él, y permite que tu fe sea fortalecida en este proceso. Dios está trabajando en tu vida, y cuando llegue el momento, Su gloria se manifestará de manera poderosa. No te desanimes, porque tu espera en el Señor será recompensada.
Por: Salvador G. Nuñez
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