El mismo Dios que hizo milagros en el pasado está dispuesto a obrar en tu vida hoy. Confía en Su poder y promesas, porque Él no cambia.
La Biblia es un testimonio vivo de un Dios que actúa en favor de Sus hijos, un Dios que hace lo imposible y transforma lo ordinario en extraordinario. Muchas veces leemos las historias bíblicas y sentimos que ese Dios está distante, que esos milagros y promesas fueron para otros tiempos. Sin embargo, las Escrituras nos recuerdan una y otra vez que Dios no ha cambiado. Él es el mismo ayer, hoy y siempre. Las promesas que hizo a Abraham, Moisés, David y tantos otros, siguen vigentes para nosotros. Ese Dios que levantó a José de la prisión al palacio, que abrió el Mar Rojo para los israelitas, y que hizo que Pedro caminara sobre el agua, es el mismo que escucha nuestras oraciones hoy. No importa lo que estés enfrentando, recuerda: Él lo hará otra vez.
Dios no solo es un Dios de promesas; Él es un Dios de cumplimiento. A lo largo de la Biblia, vemos Su fidelidad en acción, cumpliendo cada palabra que ha prometido a Sus hijos. En Lucas 16:17, leemos: «Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la ley.» Esto significa que Dios nunca falla en Su palabra. No importa cuán imposible parezca la situación, el mismo Dios que transformó vidas y rompió cadenas en el pasado, está listo para actuar en tu vida también. Él lo ha hecho antes, y lo hará otra vez.
Es fácil sentirse desconectado de las promesas de Dios cuando enfrentamos problemas en nuestras vidas. Podemos leer la Biblia y aún así sentir que Dios está distante. Pero debemos recordar que Dios no está lejos; Él está más cerca de lo que imaginamos. Por medio del Espíritu Santo, podemos llamarle “Abba, Padre” (Romanos 8:15), un término que expresa una relación íntima y personal con Dios. Ese mismo poder que levantó a Cristo de entre los muertos vive en nosotros. El Dios de grandes promesas no es solo un personaje histórico; es tu Padre celestial que vela por ti día y noche.
La historia de José es un recordatorio poderoso de cómo Dios puede cambiar nuestras circunstancias. José pasó de ser un esclavo traicionado a ser el segundo en mando en Egipto. A lo largo de todas sus dificultades, José nunca perdió su fe en Dios. Al final, Dios lo elevó a un lugar de honor, cumpliendo sus sueños de juventud. Esa misma fidelidad está disponible para nosotros hoy. En Hebreos 13:8, se nos asegura: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.” Dios no cambia, y sus promesas permanecen firmes.
Dios nos ha dado autoridad y nos ha hecho promesas que no se pueden quebrantar. Cuando enfrentamos desafíos, debemos recordar que no estamos solos. El mismo poder que respaldó a los profetas, que hizo que Pedro caminara sobre el agua, está disponible para ti. En 2 Timoteo 2:13, se nos recuerda: “Si somos infieles, él permanece fiel, pues no puede negarse a sí mismo.” Dios es fiel, incluso cuando nosotros no lo somos. Él no se rinde con nosotros y siempre está dispuesto a extender Su mano poderosa para levantarnos.
El Salmo 125:1 dice: “Los que confían en el Señor son como el monte de Sión, que no se mueve, sino que permanece para siempre.” Esta promesa nos asegura que aquellos que depositan su confianza en Dios son inamovibles, no por su propia fuerza, sino por la fidelidad de Dios. Él es nuestra roca, nuestro refugio en tiempos de prueba. Cuando todo lo demás parece tambalear, podemos estar seguros de que Dios sigue firme, dispuesto a obrar una vez más en nuestras vidas.
Quizás hoy te sientas como si estuvieras en medio de una tormenta, preguntándote si Dios te ve o si escuchará tus oraciones. Recuerda que Dios se especializa en cambiar cualquier situación. Para Él no hay nada imposible (Lucas 1:37). Cuando te sientes débil, Él es tu fortaleza; cuando todo parece perdido, Él es tu esperanza. Él no te ha olvidado y está trabajando a tu favor, incluso cuando no puedes ver lo que está haciendo.
Dios es el mismo que abrió el Mar Rojo, que calmó la tormenta y que sanó al ciego. Si lo hizo antes, puede hacerlo otra vez. Él conoce cada detalle de tu vida y está orquestando todo para tu bien. Así como los héroes de la fe que vinieron antes de nosotros, debemos aprender a confiar en Su fidelidad. No te rindas; mantén tu fe en alto porque Dios no ha terminado contigo. Él lo hará otra vez, en Su tiempo perfecto.
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Como en todos mis artículos no me gusta terminar sin antes dejarle un mensaje de reflexión. Hoy, recuerda que el mismo Dios que hizo lo imposible en el pasado está contigo en cada paso que das. Él no ha cambiado; Sus promesas son tan reales hoy como lo fueron hace miles de años. Confía en que Él lo hará otra vez en tu vida. No dejes que el miedo o la duda te alejen de Su paz. Descansa en Su fidelidad y cree que Él cumplirá lo que ha prometido.
Por: Salvador G. Nuñez
Invitación del Pastor Eliberto Bonilla 8vo Aniversario Calvary Orlando Español
Amen Amen gracias padre eterno por fortalecer mi fe y mis esperanzas hay una cosa k siempre he mantenido en alto y es k tu sabes hasta k nivel tus hijo pueden con la carga es decir nunca le darás más k la k pueda llevar confio en tu voluntad y propósito en tu poderoso nombre de nuestro señor Jesucristo Amen Amen 🙏 🙌.
Gracias mi amada hermana por tomarse su tiempo para dejar su comentario. Se le agradece. Dios le Bendiga.