Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Un análisis sobre el comportamiento cristiano y la importancia de la vida espiritual.
Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Esta verdad bíblica, extraída de Romanos 8:5-8, nos confronta con una realidad innegable: la diferencia entre aquellos que viven según los deseos mundanos y aquellos que buscan agradar a Dios. Anoche, como de costumbre, nos reunimos en el hogar de nuestros hermanos Julio y Mariela para estudiar la Palabra de Dios, orar y compartir en fraternidad. En esta ocasión, el estudio dirigido por el hermano Danny nos llevó a reflexionar profundamente sobre la conformación del ser humano: cuerpo, alma y espíritu. Pero lo más impactante fue el análisis de los distintos tipos de cristianos que existen, en particular el cristiano carnal y el cristiano espiritual. Esta enseñanza nos invita a hacer una evaluación interna: ¿Estamos realmente viviendo como verdaderos cristianos según el ejemplo de Jesucristo?
El cristiano carnal y el cristiano espiritual
Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. La Escritura nos advierte sobre la diferencia fundamental entre estos dos tipos de creyentes. El cristiano carnal es aquel que, aunque dice seguir a Cristo, sigue atado a sus deseos y placeres mundanos. Su vida no refleja una verdadera transformación, y su testimonio se ve opacado por actitudes egoístas, envidia, celos y falta de dominio propio. En contraste, el cristiano espiritual ha sido renovado por el Espíritu Santo, su vida muestra frutos dignos del arrepentimiento y su mayor anhelo es vivir conforme a la voluntad de Dios.
La enemistad con Dios por vivir en la carne
Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Romanos 8:7 nos deja una advertencia clara: los designios de la carne son enemistad contra Dios. Esto significa que una vida entregada a los deseos pecaminosos nos aleja de la presencia de Dios y nos coloca en una posición peligrosa. Muchas veces nos engañamos a nosotros mismos pensando que podemos servir a Dios y al mundo al mismo tiempo, pero la Escritura nos dice que no se puede servir a dos señores (Mateo 6:24).
La necesidad de examinarnos a nosotros mismos
Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Este pasaje nos exhorta a hacer una introspección sincera. ¿Estamos verdaderamente caminando en el Espíritu o simplemente profesamos una fe sin frutos? Existen personas que dicen ser cristianos, pero su comportamiento contradice su testimonio. En lugar de ser luz en medio de las tinieblas, se convierten en piedra de tropiezo para otros. Debemos recordar que Jesús no es culpable de nuestros errores, sino que nosotros somos responsables de representarlo dignamente en nuestra vida diaria.
El llamado a vivir según el Espíritu
Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Dios nos llama a vivir en santidad y a apartarnos de las obras de la carne (Gálatas 5:19-21). No se trata solo de evitar el pecado, sino de cultivar un carácter piadoso. La vida en el Espíritu se manifiesta en amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio (Gálatas 5:22-23).
Las consecuencias de vivir en la carne
Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. La Palabra es clara: el ocuparse de la carne es muerte. No solo una muerte espiritual, sino una vida sin propósito y sin la paz de Dios. La separación de Dios es el peor destino para cualquier persona, y vivir según la carne solo nos lleva a la desesperación y la insatisfacción.
Preguntas frecuentes
- ¿Puede un cristiano carnal convertirse en un cristiano espiritual?
Sí, a través del arrepentimiento, la oración y el compromiso con la Palabra de Dios. - ¿Cómo saber si estoy viviendo en la carne o en el Espíritu?
Evalúa tu vida según Gálatas 5:19-23 y observa qué frutos estás manifestando. - ¿Por qué es tan difícil dejar la carne y vivir según el Espíritu?
Porque nuestra naturaleza pecaminosa se resiste al Espíritu, pero con disciplina y entrega a Dios, es posible. - ¿Qué puedo hacer si me doy cuenta de que estoy viviendo en la carne?
Arrepiéntete, ora, busca comunión con creyentes maduros y sométete a la guía del Espíritu Santo.
Reflexión final
Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Vivimos tiempos difíciles donde el testimonio cristiano es más necesario que nunca. No podemos darnos el lujo de llamarnos cristianos y vivir como el mundo. Debemos decidir si seremos cristianos carnales o espirituales. La decisión es nuestra, pero las consecuencias también.
Dios nos ha dado Su Palabra como guía, Su Espíritu como ayudador y Su amor como motivación. No desperdiciemos estos regalos. Reflexionemos y transformemos nuestra vida para ser verdaderos imitadores de Cristo.
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Oración
Señor, hoy vengo ante Ti reconociendo mis fallas y mi necesidad de vivir conforme a Tu Espíritu. Perdóname por los momentos en los que he actuado según la carne y ayúdame a caminar en santidad. Renueva mi mente y mi corazón para que pueda reflejar Tu amor en mi vida diaria. Te pido que guíes mis pasos y me ayudes a ser un testimonio fiel de Tu gracia. En el nombre de Jesús, amén.
Por: Salvador G. Nuñez
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Excelente
Mi hermano gracias, si, debemos revisarnos como estamos actuando, como cristianos carnales o espirituales, muy buena enseñanza que nos llevo el hermano Danni.